martes, 2 de octubre de 2007

¿QUIEN SE VA PRIMERO?

Una noche tranquila y serena estaba una pareja echada sobre el lecho cual dos enemigos, cada uno tirado hacia el opuesto rincón. La hija de la tierra se entrometía por la ventana para ver cuando las cosas se arreglaban, pero nada. Ya la luna iba dando su brazo a torcer, cuando apareció una extraña dama quien observaba a marido y mujer mientras rondaba la cama.

Intrigada la Luna la interpela, ¿quién eres y qué quieres? Soy la muerte –responde la dama- y vengo a llevarme a uno de ellos, mas no recuerdo a cuál de los dos debo llevarme y el tiempo de regresar se me acaba. A lo cual la Luna le sugiere: Pues pregúntale a ellos quién se quiere ir primero.

La muerte se presenta, les explica el objetivo de su presencia y la pareja atónita se abraza mientras responden al unísono, “yo no”. La Muerte le pregunta a la mujer, por qué tú no quieres irte y la mujer se anega en llanto. Entonces, cuestiona al hombre y el hombre entre sollozos enmudece

Luna observa a hombre y mujer y descubre que por sus mentes pasan mil imágenes que sus memorias evocan. Una detrás de otra en una carrera loca van apareciendo las cosas que pudieron haber hecho y dejaron de hacer; las que pudieron haber evitado, los errores que no resarcieron, pero ante todo les pesaba la cantidad de amor que no dieron y el cántaro vacío del amor que no recibieron. A la Luna le duele y oscurece

Ninguno se decide y la Muerte los apura: “¿cuál es el problema si no tienen que llevar nada? ¡No se van a llevar los chiros, tampoco la casa, los hijos son prestados y el otro se queda!

Quien se va sólo lleva la riqueza que alcanzó en su alma, la paz que puede sentir por la misión cumplida, haber amado a sus seres como a sí mismo, haber servido a la humanidad con su trabajo honesto y por haber recorrido el camino con las instrucciones que le dio Jesús, el Hijo del Creador.

El Sol sorprende y la Luna escapa. Ella no sabe que pasó, ni Usted, ni yo.

Pero si la muerte se llevara a su cónyuge, ¿De cuáles cosas se arrepentiría; cómo le ha demostrado que le ama; qué tan responsable, solidario y honesto ha sido con su pareja?

Y si la muerte se lo lleva a Usted, ¿Quedan sus hijos con buenos principios y valores para afrontar la vida sin Usted? ¡Imagínese cuáles y que clase de recuerdos de su amor, bondad, justicia y generosidad tendrán quienes se quedan!

Vive cada día como si fuera el último, porque cada día es una oportunidad para ser feliz, amando y siendo amado.

Si nacieramos sabiendo el camino de la vida, quizás vivirla no sería un reto encantador....

2 comentarios:

Negra dijo...

Es verdad, la vida hay que vivirla con felicidad, sin olvidar amarla siempre.
Creo que la luna se asusto!pero con seguridad volvera y talvez acompañada de la dama.

Negra dijo...

Me encanto muy cierto debemos saber que cada dis es el ultimo y que vivir feliz es un modo de vida.