EL SECUESTRO MATA EN VIDA
ALBA LUCIA CASTRO
El ser humano, como animal racional tiene derecho a vivir, a nutrirse, desarrollarse física y emocionalmente. Tiene el derecho y el deber de satisfacer sus propias necesidades de subsistencia, protección, afectividad, participación en su grupo familiar y social, a usar su inteligencia, a ejercer su libertad, a amar, a recibir amor y a lograr su propia realización y trascendencia.
Los hijos indefensos de cualquier especie, son protegidos por los adultos, y cuidados por sus padres hasta cuando son capaces de vivir por si mismos. Los derechos de los niños y adolescentes pueden dividirse en las siguientes categorías:
· Derechos a la supervivencia: que buscan proteger y garantizar el derecho a la vida y a satisfacer sus necesidad más básicas, como el alimento, el abrigo y la protección de la salud.
· Derechos al desarrollo: que buscan proteger y garantizar su desarrollo pleno (físico, espiritual, moral y social), como el derecho a educación, a la cultura, al juego y la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
· Derechos a la protección: que buscan proteger y garantizar que no sean objeto de abusos, negligencia y explotación, como el derecho al nombre (identidad), nacionalidad y cuidado
· Derechos a la participación: que buscan proteger y garantizar su participación en las decisiones que les afectan y en las actividades de sus comunidades locales y países, como la libertad de expresión.
· Derechos a ser escuchado: que buscan proteger y garantizar su respeto por los demás. Por que si no escuchas a un niño, el niño tampoco escuchara a los demás (es para su educación).
En todo el universo, por ley natural, divina y humana, está prohibido atentar contra la vida, pero el secuestro atenta contra los derechos a ser y a vivir como persona, el derecho a satisfacer sus necesidades, a ejercer su libertad responsable y a hacer acopio de su voluntad para lograr su propio desarrollo, el de su familia y su entorno social.
El secuestro es mantener una persona muerta en vida. El secuestro es una tortura permanente porque niega el derecho a ser escuchado, a comunicarse; el secuestrado es amenazado, humillado, encadenado, esclavizado, maltratado y cuando está enfermo no tiene atención adecuada. El secuestro deja traumas y consecuencias irreversibles.
En Colombia hay muchos miles de niños y adolescentes que han sido “reclutados” y que sufren lo mismo que los secuestrados.
Mañana 4 de febrero vistamos camisetas blancas y a las 12 salgamos a la calle a exigir que liberen los secuestrados y que se respete el derecho a la vida humana de todos los colombianos y que se acaben los grupos armados. Si nacieramos sabiendo el camino de la vida, quizás vivirla no sería un reto encantador....
ALBA LUCIA CASTRO
El ser humano, como animal racional tiene derecho a vivir, a nutrirse, desarrollarse física y emocionalmente. Tiene el derecho y el deber de satisfacer sus propias necesidades de subsistencia, protección, afectividad, participación en su grupo familiar y social, a usar su inteligencia, a ejercer su libertad, a amar, a recibir amor y a lograr su propia realización y trascendencia.
Los hijos indefensos de cualquier especie, son protegidos por los adultos, y cuidados por sus padres hasta cuando son capaces de vivir por si mismos. Los derechos de los niños y adolescentes pueden dividirse en las siguientes categorías:
· Derechos a la supervivencia: que buscan proteger y garantizar el derecho a la vida y a satisfacer sus necesidad más básicas, como el alimento, el abrigo y la protección de la salud.
· Derechos al desarrollo: que buscan proteger y garantizar su desarrollo pleno (físico, espiritual, moral y social), como el derecho a educación, a la cultura, al juego y la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
· Derechos a la protección: que buscan proteger y garantizar que no sean objeto de abusos, negligencia y explotación, como el derecho al nombre (identidad), nacionalidad y cuidado
· Derechos a la participación: que buscan proteger y garantizar su participación en las decisiones que les afectan y en las actividades de sus comunidades locales y países, como la libertad de expresión.
· Derechos a ser escuchado: que buscan proteger y garantizar su respeto por los demás. Por que si no escuchas a un niño, el niño tampoco escuchara a los demás (es para su educación).
En todo el universo, por ley natural, divina y humana, está prohibido atentar contra la vida, pero el secuestro atenta contra los derechos a ser y a vivir como persona, el derecho a satisfacer sus necesidades, a ejercer su libertad responsable y a hacer acopio de su voluntad para lograr su propio desarrollo, el de su familia y su entorno social.
El secuestro es mantener una persona muerta en vida. El secuestro es una tortura permanente porque niega el derecho a ser escuchado, a comunicarse; el secuestrado es amenazado, humillado, encadenado, esclavizado, maltratado y cuando está enfermo no tiene atención adecuada. El secuestro deja traumas y consecuencias irreversibles.
En Colombia hay muchos miles de niños y adolescentes que han sido “reclutados” y que sufren lo mismo que los secuestrados.
Mañana 4 de febrero vistamos camisetas blancas y a las 12 salgamos a la calle a exigir que liberen los secuestrados y que se respete el derecho a la vida humana de todos los colombianos y que se acaben los grupos armados. Si nacieramos sabiendo el camino de la vida, quizás vivirla no sería un reto encantador....
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